sábado, 9 de enero de 2010

De dos días caminando
Y dos días bebiendo
Presumo tosiendo
A mi amor eterno

El tuyo fragor de belleza
Clavado en mi pecho que sangre borbotea
Cual tu fina agudeza
Que a mi alma y mi vida otorga grandeza

Dicen los hombres sobre la tierra
Que amor de dos la muerte encuentra
Dicen las hijas de Eva
Que el tiempo hartazgo deja
Le digo a Dios que en su infinita paciencia
Me deje con mi niño inmunes ante infame violencia

Se inicia la primavera brillante
Con ella la operación a corazón abierto
¿Quién ha de atreverse a extirpar tu mente?
Ninguno conciente de que la muerte será el efecto

Si el sufrimiento han dispuesto
Que venga con la espada presta
A enfrentarse al coraje que el amor regala
A dos mortales que se aman.

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