martes, 28 de diciembre de 2010

El otro él

Hago mi día en la escuela, normal, repetitivo. Él aparece en la entrada de la facultad, con el viento moviendo sus cabellos, los ojos entrecerrados y una mano saludándome. Corro a abrazarlo. Error, el mismo olor un su piel, en sus cabellos y en su ropa; la misma textura de sus mejillas y sus manos. Un poco de mí se pierde completamente, enloquecido. Él está de un humor poco visto, ríe y hace bromas de sí mismo. Se comporta como un niño travieso, cuando siempre ha sido un adolescente asustado. "Vamos a las Islas" dice él. Jamás me negaría, mi cara no oculta mi estado de embobamiento. De camino al césped se burla de mí, de mis lentes enormes, de mis gordos desbordados, de mi pantalón naranja enorme parecido a la ropa de los antiguos musulmanes, de mi cara de mono. Nos dejamos caer en la hierba, literalmente, él cae sobre mí. Veo las mismas cosas que no veía desde hace tiempo, la sombra de la Torre, el Pino, la gente enamorada. Él habla de cosas sin sentido, no se ha dado cuenta, es como un canario, no puedo evitar reírme, el me golpea, los dos nos abrazamos. Me quedo mirando el cielo, que es claro, si estuviera en alto podría ver los volcanes, como en aquel invierno. Tengo su cabeza recostada en mi hombro y puedo oler su cabello. Sucederá, pues siento su respiración en el cuello. Me besa.

(Un autobús. Sus pies descalzos. Marihuana. Pescado frito. Cerveza. Oaxaca. Tacos de canasta. María. Una langosta bebé. Alicia en el país de las maravillas. "Que dijo ella". La serpiente. Michelet. Semen. 11+31=24. (28) (39). España. Pedos. Mario. Gritos. Llamadas incesantes. "Yo no puedo". Un final alargado por casi un año.)

Pipilotti Rist suena increíblemente alto por toda Ciudad Universitaria. Ella grita fuerte y todas las parejas tiradas en el césped hacemos una coreografía sin dudar. Él se pone de cuclillas sobre mi cintura, yo muerdo su ropa y hago gestos. Mis movimientos son exagerados pero no fingidos. Él se tiene que ir, quiere que lo acompañe. ¿Qué más podría hacer?
Caminamos rumbo al metro para ir al centro. En el camino, él desaparece, no me alarmo, siempre lo hace. Me quedo pensando cómo lo hace, dónde diablos se mete sin que nadie se de cuenta. Aparece casi con humo, como por arte de magia. Sólo me río y él pone cara de diablo. Sin embargo, puedo notar nerviosismo, mira a todos lados sin saber por donde aparecerá la revelación. Le pregunto que pasa, responde que alguien vendrá con nosotros de compras al centro. "¿Es tu chico?" pregunto. Él mueve la cabeza afirmativamente y vuelve a saltar y juguetear. Llegamos al metro, hay un grupo de chicos reunidos, nos dirigimos hacia ellos. El otro él tiene rizos sucios y es bajo de estatura. No es guapo, no es feo. Nos damos la mano, no hay hostilidad de ninguna de las partes. Los tres estamos en la fila de la taquilla comprando los boletos. El otro él me platica sobre las tortugas ninja. Miguel desaparece una vez más, sin que nadie lo note, le comento al otro él sobre ese don de ir y venir que su chico tiene, el otro él parece tan fascinado como yo por esa manía de ilusionista. Miguel reaparece a nuestras espaladas asustándonos. Maldiciones y risas. Nosotros tres caminamos al andén.

martes, 21 de diciembre de 2010

El ciego

Una pareja camina por la carretera. La mujer se aferra del brazo de su marido con cariño. Hace una tarde amarillenta, el sol casi se oculta, dejando la tierra tibia, relajante. Ella sonríe. Hay flores blancas a orillas del camino y el agua se junta en charquitos. La mujer no voltea a ver al hombre, si lo hiciera notaría que el rostro de este se muestra cada vez más aterrado. Él comienza a bajar el ritmo de sus piernas. La energía se pega al suelo en cada paso que da y lo abandona. Sus rodillas tiemblan imperceptiblemente pero sin que lo pueda evitar; sus ojos se abren y su boca cede ante el gemido sordo que su garganta emite. La mujer despierta de su ensoñación, de su contemplación de la tarde apacible. Voltea risueña hacia su hombre a la derecha y su expresión cambia al instante, antes de que puedo preguntar lo que sea éste cae al suelo de rodillas.

La mujer se alarma, no sabe que sucede. Formula múltiples preguntas pero ninguna es respondida. Piensa que es una broma, intenta reírse de la situación. Pero él rompe en llanto, uno silecioso. Ella se asusta de verdad. Las ideas brillantes nunca acuden en situaciones así. Busca en su bolso cualquier cosa que pueda ayudar. No lleva agua, ni alcohol. Finalmente da con el celular. No sabe que número marcar. "María" dice él. Ella asiente con un hilo de voz.

-He quedado ciego o algo así, no puedo explicarlo. No veo nada de lo que estaba aquí. Lo veo todo distinto. El sol no está, el cielo es negro, pero todo está iluminado por el color rojo de la tierra que arde. Algo pasó. La hierba está quemada por completo. el asfalto está cuarteado. En las rocas que quedan hay huesos humanos, no tienen rostros pero puedo reconocerlos a todos. Estamos en una montaña, pues puedo ver hacia un valle delante de nosotros. Todo está incendiado. Puedo ver la ciudad, está en ruinas y arde. Alguien se acerca por el camino. Sé quien es.

La mujer mira el apacible camino por el que andan. Nadie se aproxima. Él continúa;

-Es una mujer. Viene cantando algo, no es un idioma que reconozca pero entiendo lo que quiere decir. "Di mi nombre, payaso humano, tus rodillas estás ancladas, no intentes levantarte, no servirá de nada, como no sirven tus manos, La vida es de piedra ¿lo puedes ver? No queda nadie, las puertas se han cerrado, no hay amor, sólo fuego lacerante. Puedes descansar en mis piernas, deja que tu cabeza repose, ¿no lo entiendes? Renuncia, apresúrate, date por vencido, no abras la boca, no dejes que la sangre escape, llora todo lo que quieras, huele mi vestido y piensa en el dolor que causa el abrir los ojos, di mi nombre, payaso humano, no intentes nada, no hay nada que puedas lograr, entrégate, ahora que puedes ver todo como es".

viernes, 3 de diciembre de 2010

Try, try, try, try, try

Try to tell me how to do it
Only because I'm new to it
Coolness is having courage
Courage to do what's right
I'll try to remember always
Just to have a good time

Try to show me that you know me
Do you know what coolness really is?
Winning is what you want to
But you're scared to go forth
You try to remember always
Always to have good time

Good time
Good time
Good time
Good time
Good time

Try and have a softer inside
Shut up and boy and be a soldier
Coolness is having courage
Courage to do what's right
Try to remember always
Just to have a good time
Winning is what you want to
But you're scared to go forth
Try to remember always
Always to have a good time
Good time