lunes, 8 de marzo de 2010

Análisis Historiográfico, Nicolás Maquiavelo, Historia de Florencia

A qué bonito me quedó.


Niccolò Machiavelli nació en Florencia en 1469 hijo de un abogado. Obtuvo una educación latina y por eso gustó de los escritores romanos. Los años de su infancia y adolescencia los vivió durante el periodo de Lorenzo el Magnífico, del que recibió una fuerte impresión. Obtuvo a los veintiún años el puesto de secretario de la Segunda Cancillería Florentina posteriormente a la caída del poder de la familia Medici y del periodo de Savonarola. En este cargo permanecería hasta el retorno de los Medici al poder en el año 1512 que sería destituido de su cargo por estos últimos. Posteriormente sería condenado al destierro, pero sin poder salir de la comarca florentina, por lo que quedaría confinado a la finca de San Casiano propiedad de su padre. Es ahí donde escribe El Príncipe, su obra mas conocida. Se ganó poco a poco la confianza de la familia Medici al punto que en 1520 el cardenal de Florencia, Julio dei Medici, le encarga escribir la historia florentina. Después de concluir dicha obra, el papa Clemente VII, el mismo Julio dei Medici, perdió el control de Roma y su familia dejó de gobernar Florencia. A Maquiavelo se le acusó de anti republicano y se retiró a la vida familiar. Murió al poco tiempo el 22 de junio de 1527 en la pobreza.
Historia de Florencia trata sobre la historia de dicha ciudad, desde los sucesos inmediatos a la caída del Imperio Romano de Occidente y sus orígenes fundacionales hasta la muerte de Lorenzo dei Medici, el Magnífico. El tratado inicia con una carta de Maquiavelo a Clemente VII, lo sigue un proemio antes de dar paso a la Historia propiamente dicha.
La Historia de Florencia fue un encargo que Julio dei Medici le había encomendado a Nicolás Maquiavelo antes de ser nombrado papa, por eso el historiador comienza con estas palabras al recién nombrado pontífice. Que fuera un Medici el que hubiera ordenado la creación de esta historia vuelve interesantísima la dirección que ésta toma, pues es la familia Medici la que ha ocupado la gobernación de la ciudad en las últimas décadas y el libro inevitablemente abordará el periodo; Maquiavelo sabe que eso puede volver su obra, o la impresión que los lectores tengan de ella, tendenciosa y parcial, por eso aquí expresa que ha recibido por parte del papa la libertad creativa para salvar su libro de ser una mera oda o historia familiar, y que si se encuentran el texto adulador es sólo porque la realidad de los hechos hace inevitable tal adulación.
El proemio, por su parte, contiene las razones por las cuales se ha abarcado un periodo histórico mucho más amplio al inicialmente propuesto; esto se debe a que el sujeto de la enunciación ha considerado el trabajo de historiadores previos, el cual abarca una temporalidad anterior a la que le interesaba tratar en un primer momento, como insuficiente en cuanto a la narración de los conflictos internos que él considera fundamental si se quiere explicar y comprender los problemas que Florencia sufre en el momento histórico en que planea iniciar su narración; se debe a esto pues, que el autor comience por los orígenes fundacionales de dicha ciudad y abarque su narración momentos de la historia florentina ya tratados; esto hace que en seguida explique la división de su obra en ocho libros y la elección otorgada a los límites cronológicos y espaciales de los mismos. Tal división de la obra se expone a continuación.
El primero de los libros nos relata brevemente los acontecimientos ocurridos en el espacio ocupado por los romanos desde el comienzo de las invasiones bárbaras hasta 1434, enfocándose en la península itálica. El segundo libro tiene inicio en un punto similar al del primero, cronológicamente, y termina alrededor del año 1375, éste se enfoca en los sucesos internos de Florencia; el tercero continúa el relato de los sucesos florentinos de su predecesor terminando en el año 1414; el siguiente libro, el cuarto, termina, como el primero, en el año de 1434; los siguientes cuatro libros, del quinto al octavo, continúan la narración desde 1434 hasta la muerte de Lorenzo dei Medici, en ellos la narración de los sucesos internos y externos deja de manejarse por separado. Como se ha dicho anteriormente, Maquiavelo había decidido iniciar su historia en un momento mucho más reciente que la caída del Imperio Romano, pero por las razones que el expone en el proemio no sucedió así. La fecha con la que él pensaba iniciar era 1434, cuando Cosme dei Medici se convierte en el hombre más poderoso de Florencia; se debe a eso que la relación de lo acontecido dentro y fuera de la ciudad se una en este punto.
Como también ya se mencionó, el historiador plantea que no se ha prestado suficiente atención a los conflictos internos de la ciudad. Para él, el tratado de estos problemas es fundamental y da varias razones al respecto. Las divisiones de la población de Florencia son muchas; así, divisiones por la posición ante la Iglesia y el Imperio, divisiones de familias, divisiones entre clases sociales (aunque él no las llama así), han provocado las desgracias florentinas. Estas divisiones, que Maquiavelo sigue de cerca a lo largo de la obra, las cree originadas por las pasiones y sentimientos inherentes al género humano, sin embargo en Florencia tales diferencias han llegado al encono y a la violencia constante. Entre estas divisiones internas, los conflictos surgidos por las diferencias entre clases sociales son vistos detenidamente por el autor. Un conflicto constante ha aparecido entre nobles y pueblo, entendiendo a éste como burguesía, y en ocasiones la plebe; Maquiavelo concede a cada clase social características inseparables; de tal forma la nobleza es valerosa y generosa, aunque también soberbia y ambiciosa. El pueblo es insaciable, cobarde e insolente. Su consideración de la plebe es la de una chusma volátil y potencialmente peligrosa, que cambia de parecer a la menor provocación. El conflicto entre nobleza y pueblo se origina a razón de que los nobles “quiere mandar y el pueblo no quiere obedecer” y aunque el asunto sucedió en otras naciones y otros tiempos, en Florencia, por no tener una legislación otorgante de estabilidad, la violencia, que llegó a grados terribles, se volvió norma de un conflicto que parecía no tener fin. Las circunstancias que han causado esto tienen origen en la forma en que los florentinos se gobiernan; la república ha fomentado las divisiones entre los ciudadanos y ha dado paso libre al desenfreno de los sentimientos bajos del hombre debido a la ausencia de una constitución bien elaborada y firme que contenga tales pasiones; sin embargo, él mismo dice en repetidas ocasiones que la libertad, al menos en teoría, se obtiene en un régimen republicano y no cuando un pueblo es gobernado por un príncipe. Al principio del libro tercero Maquiavelo dice puntualmente que las divisiones entre pueblo y nobles, son las causa de los males de las ciudades. A mi parecer, esto es un recurso retórico, pues a lo largo de la obra, en repetidas ocasiones, menciona, unas veces explícitamente y otras veladamente, que son las pasiones humanas la causa de estos males cuando las circunstancias lo permiten. De esta forma, los males que sufre la ciudad son causados por los deseos humanos, toda vez que no son contenidos por leyes bien hechas, estos deseos y pasiones son expresados en la violenta forma en que distintos grupos sociales y políticos se enfrentan, ejemplo de ello es la lucha entre los nobles y el pueblo.
En cuanto a sus fuentes, el historiador menciona puntualmente solo algunos datos del trabajo del poeta Dante Alighieri; en el proemio menciona además a dos historiadores, Leonardo de Arezzo y micer Poggio, por lo que se supone que utilizó las obras de estos sin hacer una mención exhaustiva de que partes tomó de tales obras. Por eso, me parece, Maquiavelo no siempre fundamenta documentalmente lo que redacta, sino que modifica, exagera o estiliza los hechos para conmover al lector. Ejemplo de ello es la utilización de discursos como recurso para tal fin. En varias ocasiones cumbres aparecen discursos que hacen al lector tomar partido por el declamador. Tal es el caso del discurso que uno de los Señores da ante el duque de Atenas cuando éste se vuelve demasiado poderoso y peligroso para la libertad de la ciudad, o el discurso que Lorenzo dei Medici da ante los Señores y hombres con mayor peso dentro de la ciudad a causa de que el papa en turno y el rey de Nápoles atacan Florencia, después de asesinar a Julián, su hermano, declarando que la guerra busca liberar a los florentinos de su tiranía. También utiliza comparaciones con la antigüedad para resaltar la gravedad de los hechos, como cuando compara la traición del conde Sforza a los milaneses con la traición de Filipo de Macedonia a Tebas. Esta búsqueda de mover los sentimientos del lector es señalada puntualmente por el historiador en el proemio; donde dice que la historia mueve y que por lo tanto él hablará de las riñas intestinas, pues la narración de éstas mueven más y son más útiles. Considerando pues las formas estilísticas que utiliza en la obra y lo que escribe en el proemio, podemos decir que la historia, para Maquiavelo tiene un fin pragmático.
Su concepción del devenir histórico, conforme a lo que podemos ver en su obra, seguramente fue lineal, de acuerdo a la visión que el cristianismo había impuesto en Europa pero no parece ser progresiva; conforme las luchas que relata en los ocho libros, podemos ver que mas bien, si la historia fuera una línea, ésta iría de izquierda a derecha subiendo y bajando como las gráficas matemáticas de los senos y cosenos; cada avance de la ciudad parece ser al poco tiempo desecho por las intrigas y conspiraciones hasta regresar al mismo punto en que se comenzó, o peor aún convertirse en un retroceso; muestra de ello es que el libro finaliza con la muerte de Lorenzo, lo que trae consigo la posterior ruina de Italia, es decir, con un retorno a los mismos conflictos que Lorenzo parecía haber detenido; hechos que Maquiavelo no abarca en su historia pero que vivió en carne propia.
Ante los sucesos inexplicables, como este serpentear de la historia, muchas veces apela a la fortuna para explicar un giro inesperado. Así, en momentos críticos las situaciones pueden cambiar debido a la fortuna, que aunque puede parecer una fuerza imparcial, no lo es, pues el autor afirma que ésta posee favoritos. De acuerdo a esto, la fortuna acabó con la vida del duque de Milán, antes conde Sforza, en un momento de crisis política y sin dejar un descendiente maduro que ocupara el trono; pero también ayudó a los florentinos cuando a punto de ser derrotados por el capitán de las fuerzas milanesas, Nicolás Piccinino, su señor torpemente pidió una tregua, doblegando así el inflamado y presuntuoso espíritu de dicho capitán.
Maquiavelo nos cuenta entonces la historia de su patria. Una historia movida por pasiones humanas que produjeron infinitas rebeliones internas causantes de un ciclo vicioso de prosperidad seguida por decadencia, y de cómo un buen ciudadano, Lorenzo, logra a pesar de todas las adversidades, gracias a su prudencia y a la fortuna, detener momentáneamente este ciclo para mantener, aunque sea temporalmente, a flote a su querida Florencia.

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