martes, 1 de diciembre de 2009

Treinta minutos antes.

Faltan menos de treinta minutos
Sigo sin saber nada
Pensé en las totalidades
El mar, el desierto
No sirven
Pensé en la mañana de nubes en las coronas de las montañas
Y en el viento de un día de Noviembre
Tampoco son útiles
Deben a su inmensidad su carácter sublime
Tú no
Eres pequeño, mucho
Y todo lo que pueda decir ahora es basura

Otra vez, sólo tú
Vacío
Es lo más semejante, nada se convierte en todo
En tus brazos, no puedo hablar
No hay motivo
Nada excepto el ardor en mi pecho
Nada pero el olor que se quede
Cursi, todo suena cursi
Hace tiempo que dejó de preocuparme
Hartazgo para sentir la explosión de mil cosas que no entiendo
Que explote todo
Que explotemos y nos liberemos de los cuerpos
Amor, amor, amor
Sabiamente, un revólver en la sien
Sabiamente, una sobredosis y un fin juntos
Juntos hasta que seamos tierra y cielo
Tan lejos y tan cerca
Y seremos sustento de todo
De lo bueno y de lo malo que crecerá sobre ti y debajo de mi
Tú de nuevo
Un do perpetuo
Una bolsa en el viento
Una gota que cae del cielo
Inservible
Diminuto
Porque eres tan grande
Tan inmensurable
Nada
Que no necesite de tus palabras para escucharte
Ni de tus cicatrices para leerte
Que desaparezca todo
Otra vez
Sólo nosotros
Calor y luz
Tú y yo bailando.

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